CRÓNICA VIAJE A LEGANÉS



Crónica viaje a Leganés

Domingo 16 de Abril, Barcelona

Y como nos gusta hacer, nuestro autocar arrancaba en una nueva dirección, esta vez hacia Leganés. Pese a que eran las 2 de la mañana, todo el fondo sur del autocar- la gentuza más jóven - estaba dispuesto a mantener el lema que se sigue en cada OnTour, el famoso 'No duerme ni dios'


Las películas del autocar no eran del agrado de gran parte de los pasajeros, acompañadas de un volumen extremadamente fuerte, así que desde el final del transporte, para contrarrestar, se empezaron a oír ruidos extraños, que acabaron transformándose en sonidos de diversos animales. Hasta que se acabó montando lo que parecía una verdadera selva. En esa particular selva destacaba la rana "Gustavo", los desplazados entenderán de que hablo...

Nada más llegar a Leganés, recibimos un 'amable' trato de la policía que ni siquiera nos dejó acercarnos a un triste bar. A las 10 de la mañana ya nos habían abierto el estadio, solos como la una. Aprovechamos para colocar pancartas y tomar 20 cervezas sin alcohol, total era como beber agua con un sol abrasador en la frente. Así, se iba llenando el visitante de pericos, hasta que salieron los jugadores a calentar, incluso nos dio tiempo de animar a uno de nuestros entrenadores de porteros, que en un amable gesto regaló sus guantes a dos miembros del grupo.


El partido no fue de los más animados de esta temporada, pero aun así nos mantuvimos desde el primer al último minuto apoyando a nuestro amado RCDE, y después del gran esfuerzo alentando sin parar, recibimos una gran recompensa en el último minuto... un gol que enloqueció a la grada y de no ser porque las vallas eran resistentes, hubiese provocado una avalancha en el sector visitante recordada en tierras castellonenses.


Una vez acabado el partido, volvimos al autocar para dirigirnos a un centro comercial, ya que después de la euforia de la victoria, necesitábamos reponer fuerzas para la vuelta. El lugar para comer estaba muy cerca a un estadio que trajo muy buenos recuerdos a algunos miembros. Pero lo más relevante de la estancia en el centro comercial fue el obsequio que recibimos: ¡una cantimplora de una rana! Regalo de la casa, que sirvió para que los desplazados nos echáramos unas buenas risas y se nos hiciera muy corto el regreso.


Aunque habían pasado muchas horas desde la salida y aún no habíamos dormido, la euforia de la victoria in extremis mantuvo a todos despiertos volviendo a recordar "la selva" montada en la ida. A ésta se le unieron los bailes de 'La Mosca', que acabaron con grandes muestras de cariño por parte del resto de compañeros y compañeras de viaje.

Así cerrábamos un viaje más a nuestras espaldas, con los tres puntos y todos más contentos que un ocho. Hasta la próxima, no os lo perdáis.

Sin duda, un gran viaje junto a una gran familia muy unida. 

PJE SIEMPRE PRESENTE

Socio n° 139

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