El Verdadero Partido






EL VERDADERO PARTIDO

Es para mí un verdadero honor estrenar con este pequeño texto este espacio dedicado a los socios y socias de la Juvenil. Espero y deseo que participéis, no todo el mundo tiene el privilegio de poder expresarse y compartirlo públicamente. ¡Os animo a todos!

15 de enero de 2017, por fin llegaba la jornada en que nuestro RCDE jugaba en Mestalla, una fecha que, al empezar la temporada, siempre marco en rojo en el calendario ya que se ha convertido en un viaje tradicional. Pues llevo - y llevamos - muchas temporadas sin fallar a la cita.

La noche anterior con nervios, como si fuera la primera vez que viajo, preparativos, vueltas para arriba y para abajo. En definitiva, si dormí 3 horas darle gracias. Primera hora de la mañana, o bueno mejor dicho de la madrugada, con oscuridad total pongo rumbo al lugar de encuentro, en el que ya se encontraba la gran mayoría de compañeros deseosos de partir. Tras ayudar a gestionar la subida a los buses, llegó el momento de decir adiós a nuestro templo y poner rumbo a tierras valencianas. 

Una vez en el autobús, y siguiendo con las tradiciones, los más jóvenes y alocados, es decir las secciones Cuccioli y Lads, se apoderan del fondo del autobús. Se podría describir como ese magnífico lugar donde todo vale: cánticos desde el “Unidos como Hermanos”, pasando por clásicos de la infancia como “Oliver y Benji”, “Shin Chan”, y demás cancioneros que amenizan la estancia. También es ese lugar del bus en el que no se puede dormir tranquilamente y si alguno cae en la tentación del sueño se convierte en la distracción del resto jajajaja. Parece increíble que varias neveras repletas de bebidas - sin alcohol eh- se vaciaran en cuestión de minutos. 

Por fin llegaba la parada en el área de servicio. Descanso que serviría para comprar - si bueno, ejem - cualquier producto que uno se encontrara por el camino y estirar un poco las piernas. Ya al finalizar, y antes de subir a los buses, se hace la foto de Grupo con un poquito de pirotécnica -ya sabéis No Pyro, no Party -. Aunque, como siempre sucede, luego toca pasar por el photocall a las secciones - no vaya a ser que se queden sin su foto -.

Eran las 11, y entrábamos a Valencia - ¡Por Fin! - Nada más aparecer, los amables policías nos estaban esperando, y nos acompañaron como caballeros a que estacionáramos los buses. Bajamos de uno en uno - querían vernos bien y tocarnos un poquito - mientras esperábamos para ir al estadio. A más de uno se le ocurrió que era buena idea abonar los campos y huertos con líquidos corporales, pero por contra no les pareció tan buena idea a los agentes valencianos, que casi hacen llorar a algún compañero jajaja.

Ya casi las 11:30, y empezamos a caminar dirección a Mestalla. Por el camino haciéndonos notar con cánticos, bufandas y banderas. Eso sí, los acompañantes de lujo que llevábamos parecían muñecos que cada 100 metros se les acababan las pilas. Aún así, y tras recorrer 500 metros en 30 minutos, llegamos al estadio. Ya en el acceso lo de siempre, unos señores querían ver todo nuestro material - parecían interesados en comprarlo -. Pero, para no variar, al ver nuestra pancarta denegaron su entrada - por suerte siempre tenemos alternativas - y tras minutos de duras conversaciones, el resto de banderas volvieron a lucir en lo más alto de Mestalla.

Tras subir un kilómetro de escaleras, nos situamos en nuestro sector - con el partido empezado 6 minutos -. Volvimos a convertir el partido en una fiesta, me lo pasé genial y vi disfrutar a los presentes, aunque el partido fuese de los peores de esta temporada. Pero puedo afirmar que lo que faltó en el terreno de juego lo pusimos nosotros en la grada. Buen rollo, animación, cánticos, e incluso llegamos a hacer una coreo con globos poniendo en la visitante el toque blanquiazul. 

Hay varios momentos peculiares en este gran desplazamiento: cuando el resto de peñas que estaban en la visitante seguían nuestros cánticos, o cuando los más pequeños pericos tuvieron el privilegio de poder empezar los cánticos con nosotros - y es que ver la cara de felicidad de los pequeños pericos te hace sentir aún más orgulloso de esta maravillosa minoría -

El árbitro pitó el final, y para no variar derrota perica en Mestalla, aunque en la grada la fiesta no acababa. Gritamos más fuerte que nunca el“orgullosos de ser pericos” y aplaudimos a los allí presentes por seguir al equipo. Mencionar a la Penya de la Garrotxa, Pericos Levante, Penya de Sitges, Tarragona y en especial al perico de La Mancha que amenizó la espera para abandonar el estadio tocando su bombo - bonito disfraz -. (Un saludo también si me dejo a más peñas)

Tras más de 20 minutos de retención de los cuerpos de seguridad, decidimos dedicarles unos cánticos a los jardineros de Mestalla al ritmo de “Que bote, que bote el jardinero” a lo que estos respondieron dando saltos mientras seguían con su trabajo - menudas risas, ellos y nosotros -. Mientras salíamos de Mestalla, y bajando de nuevo la montaña de escaleras,- tan contentos como habíamos entrando - empezamos a bailar y cantar nuestra propia versión del “Freed From Desire”. Tremendas risas, más de uno bajo 3 o 4 escalones de golpe.

Ya en los buses otras 3 horitas de carretera, tiempo que sirvió para comentar las anécdotas más graciosas - del partido para qué hablar -. Mientras veía cómo iba durmiéndose casi todo el bus, se puso una película para amenizar el viaje - una de esas inglesas que ya conocéis -. Pero lo mejor fue doblar las voces entre varios y crear una nueva versión jajaja.

Se hacía de noche, y ya avistaba nuestro magnífico estadio con esas modernas luces blancas y azules. Ya en casa, entre babas y bostezos de los compañeros, empezamos a recoger las cosas y nos despedimos entre sonrisas.

Después de esto solo cabe preguntarme si ha valido la pena: ¡POR SUPUESTO QUE SÍ!

No os podéis imaginar lo que es viajar de esta manera, sin importar el resultado y rodeado de magníficos pericos. Nunca olvidéis que el RCDE no es nada sin su afición.

Salud, nos vemos en la grada.

Socio nº 140



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