Una nueva experiencia, una nueva pasión


Una nueva experiencia, una nueva pasión

Perico desde que nací y orgulloso de la familia que generación tras generación y desde 1900 lucha por defender nuestra historia.

Cierto es, sí, que ya conocía a la Juvenil 1991 por mi estima al RCD Espanyol y todo lo que le rodea, pero no fue hasta esta misma temporada que no me involucré de manera intensa y colaborativa. Así pues, con vuestro permiso, procedo a relatar esta vivencia que más allá de centrarse en mí, quiere mostrar lo bonito que es vivir el espanyolismo de otra forma.


Todo comienza en el - para la penya - habitual viaje a Mestalla. Desplazamiento concebido,y de obligada asistencia anual. No así para mi, pues era la primera vez que me desplazaba. La experiencia respecto a lo que sucedió en el campo fue nefasta, uno de los peores partidos que recuerdo. Pero en la grada todo fue una verdadera fiesta. Globos, colorido, cánticos... Energía positiva. Recuerdo con orgullo un momento en particular, cuando un grupo de aficionados cantó dirigiéndose a la afición de Mestalla eso de "A segunda oé", mientras nuestro equipo perdía. Enseguida la Juvenil calmó los ánimos en sus filas para no caer en tan poco acertado mensaje, y la mejor manera fue cantando y animando a nuestro equipo. Detalle que dice mucho de la mentalidad de este grupo.

El resto del viaje transcurrió de una forma festiva y cordial, aunque molestos por la derrota. También me sorprendió el hecho de seguir animando, bromeando y disfrutando en el autocar, mientras volvíamos a la ciudad condal. 

Tras ese viaje, conocí a más miembros y pude hacer nuevas amistades, que me ratificaban aquello que decimos los pericos “somos pocos, pero buenos”. 


Poco después, y a sabiendas de mis aficiones fuera del fútbol, se me propuso ocuparme de ciertos aspectos audiovisuales del grupo, a lo que accedí gustoso además de poner a disposición mi equipo personal/profesional con tal de obtener mejores resultados. Y así fue como poco a poco a partir de este voluntariado me fui integrando al grupo, aportando mi pasión por la fotografía y el vídeo a la pasión por las gradas de la Juvenil.

El punto de inflexión ocurrió cuando viajamos a Eibar, partido de vital importancia para el equipo y sus aspiraciones europeas. El viaje fue increíble, desde la salida de madrugada hasta la llegada. Una vez allí con los nuestros, disfrutando de todo. Tengo decenas de vídeos y fotos espectaculares del viaje, cada momento fue oro. ¿Cómo dejar la cámara a un lado? Imposible.


Desde entonces, sumando algún partido del femenino y del filial, he ido poco a poco estableciéndome, sintiéndome uno más, sabiéndome necesario, pero humilde, puesto que yo acabo de llegar a un lugar en el que ellos llevan toda la vida. Y en cuánto a eso... Me sorprendió y me indignó a la vez, la postura del club frente al grupo. ¿Cómo es posible que un grupo que está en todas, malas y buenas, que tiene un comportamiento ejemplar, que da VIDA a la grada, que ofrece viajes constantemente, tifos, colorido en general, animación incesante, que no se pierde ningún partido del femenino, que acude prácticamente a todos los del filial... no tiene ningún tipo de apoyo del club? ¿Qué clase de dirigentes tenemos que dan la espalda a los grupos que más y mejor trabajan para la grada? Desde que llegué tuve la sensación de que la Juvenil no existe para el RCDE. Y eso es tan triste como vergonzoso.


En definitiva, ha sido, es, y será un orgullo para mí formar parte de este grupo, para lo que se me requiera, siempre habrá espacio. Vaya donde vaya siempre les dedicaré el tiempo necesario. Cualquiera que tenga dudas le invito a probarlo, y como yo, se darán cuenta de lo imprescindible que es que grupos como la Juvenil 1991 existan, no solo para el RCDE, sino para el mundo del fútbol en general.


Simpatizante 21.598

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